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domingo, 21 de julio de 2019

Vocacion?

Publico una e-mail que me escribió una mujer.



Buen día.

Me llamo [...], tengo 32 años, vivo en [...]. Mi historia es larga así que intentaré resumirla y de como últimamente creo estar siendo llamada a entregar mi vida entera al Señor.

Nací en un pueblo pequeño en una familia católica y con el gran ejemplo de fé y caridad que han sido mis padres.

Teniendo unos 12 años tuve la intención de ser una monja misionera, yo quería llevar el mensaje de Dios por todo el mundo, quería pertenecer a la comunidad de [...], en esta época hacía parte de la infancia misionera y dictaba catequesis, siempre me aterró la vida contemplativa y el encierro, pensé en ser misionera. Sin embargo, posteriormente me fuí desviando de esta decisión así que me fuí a vivir por el mundo. Tuve momentos de cercanía con Dios y también momentos en que mas bien me alejaba para hacer mi voluntad.

Me hice profesional, laboralmente he contado con suerte y he tenido buenos trabajos, aunque me he cambiado varias veces. En este momento me encuentro en un trabajo en el cual soy muy bien pagada, estoy en la entidad donde había querido estar, tengo muy buen sueldo pero en los últimos días no me siento a gusto. Pese a que hasta hace unos meses tenia proyectada mi vida (hacer curso de inglés, comenzar a hacer una maestría, comprar un apartamento, etc), de repente he comenzado a sentir que todo carece de sentido. Comienzo a ver mi closet lleno de zapatos, bolsos y ropa y comienzo a ver que he llenado mi vida de cosas que no son lo mas importante, que esto no me da felicidad. 

[...]

Desde unas semanas para acá, he comenzado a sentirme inconforme con mi trabajo y con mi vida, siento que nada me llena. Comienzo de repente a sentir la presión social y familiar de que por mi edad es hora de buscar con quien formar una familia pero en mi vida aunque se aparecen hombres, se que no son la respuesta de Dios para mi vida, que buscan muchas veces los placeres de la carne y no están enfocados a construir y porque no, llegar a una familia. Comienzo a contar los días y lo único que me llena son el grupo de oración los miércoles y la escuela de espiritualidad carmelita los sábados. En todo este tiempo he procurado mantenerme cercana a Dios, sin embargo, últimamente mi oración se hacía desesperada y llena de lágrimas por no sentirme a gusto con mi vida y por sentirme desagradecida con Dios que me lo da todo. De repente en medio de estas oraciones desesperadas en el fondo de mi corazón ha vuelto a surgir ese anhelo de ser monja, en el primer momento entré en crisis, me negué rotundamente [...] al comienzo sentí mucho temor y comencé a negarme a esta posibilidad, estaba aterrada.

Casualmente un sábado después de mi escuela de espiritualidad, comencé a hablar con un sacerdote que me da clases y desprevenidamente le conté que algún día yo quise ser monja, el  me dijo todavía puede a menos que esté casada, yo le dije que no estaba casada y no pude contener el llanto por el temor que todo esto me producía. Este sacerdote me habló de que lo importante en este momento era lograr ese encuentro con el Señor, que si quería iniciáramos el proceso de guía espiritual y de discernimiento, la verdad si seguí en oración pero queriendo hacerme la de los oídos sordos con este pensamiento de ser religiosa. 

El último viernes de cuaresma me confesé con otro sacerdote y le conté de todo esto que acontecía en mi vida, me dijo que era probable que Dios si me estuviera llamando, que comenzara a orar pidiendo a Dios discernimiento de lo que quiere  para mi vida. He seguido ya no negándome, sino tomándome con mas tranquilidad este deseo. 

La semana santa la pasé con mi mamá y mis hermanos en mi pueblo, en total recogimiento, en realidad viví la pasión, muerte y resurrección de Jesús con todo mi corazón. El sábado santo por casualidades de la vida, la  vigilia pascual la viví en una iglesia de las hermanas Dominicas contemplativas de [...], fué una misa hermosa, sus cantos parecían de ángeles, cuando fuí a comulgar al otro lado a lo lejos las veía a ellas comulgando y como su rostro resplandecía por la presencia de Dios en sus vidas, comencé a pensar en esa vida de entrega a Dios, de la renuncia a todo para entregarse por  completo al amado, en que ellas en verdad supieron elegir para quedarse con lo mas importante. En este día por primera vez en mi vida, sentí en mi corazón el anhelo de entregarme a la vida contemplativa.

Regresé a [...], a mi trabajo, a mi vida. Con esa inquietud en mi corazón, orando y pidiendo a Dios que me muestre que tiene para mi vida, que abra mis oídos, mi mente y mi corazón para escuchar lo que el quiera de mí y que yo sepa ser dócil y obediente. Que si este es mi camino que me muestre y me ayude a desprenderme del mundo, familia, dinero, etc para entregarme por completo a El. 

Siento mucho temor que este pensamiento de hacerme religiosa sea simplemente una forma de escape de un trabajo en el que no me siento realizada aunque me pagan muy bien o por no haber encontrado en mi vida con quien formar una familia o de sentirme insatisfecha con mi vida. 

En realidad quiero ese encuentro con Jesús vivo que me permita descubrir mi verdadera vocación de acuerdo a su voluntad y ser feliz.

Pido su orientación pues me encuentro confundida queriendo encontrar mi verdadero camino.

Muchas gracias y mil bendiciones.

(Carta firmada)